La inmigración en Argentina
En todas las sociedades del mundo se producen movimientos
migratorios. En el caso de Argentina este hecho es muy importante porque a lo
largo de su historia recibe variados flujos de inmigrantes.
La República Argentina posee una vasta tradición
inmigratoria en sus doscientos años de vida independiente, lo cual juega un rol
fundamental en la conformación de su población. Según Devoto (2003) se pueden
distinguir tres etapas: las inmigraciones tempranas, desde el siglo XVIII hasta
1880, las inmigraciones de masas, de 1881 a la primera guerra mundial, y las
contemporáneas, desde el fin de la primera guerra mundial en adelante.
Breve historia inmigratoria en Argentina
En 1776, el rey español Carlos III crea de forma provisoria
el Virreinato del Río de la Plata, el cual se hace definitivo en 1778, y abarca
los actuales territorios de Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, y partes
menores que hoy pertenecen a Brasil y Chile. En 1782 es dictada una Real
Ordenanza por la cual se divide al flamante Virreinato en Intendencias, la cual
es considerada como el antecedente histórico de la formación geográfica y
política de las provincias argentinas. El 25 de mayo de 1810 se produce la
Revolución de Mayo que marca el comienzo del proceso que lleva a la
independencia del Virreinato bajo la Corona Española. Dos hechos determinantes
para el inicio de una corriente regular migratoria.
Desde la independencia del Imperio Español en 1816, pasando
por las luchas emancipadoras hasta la conformación y consolidación del
Estado-nación, la población argentina se asocia a un territorio que sufre
transformaciones esenciales. Por ejemplo, el Primer Censo Nacional de Población de 1869 contabiliza 1.830.214 habitantes, aunque no computa la población de la
región Patagónica ni de la del Chaco. Dicha situación se explica porque
Argentina no ejerce un control supremo soberano en estas dos regiones sino
hasta después de la "conquista del desierto" (1879) y la del
"Chaco" (1884).
Si bien Moreno, apenas constituido el gobierno de la Primera Junta, ordenó un censo de todo el Virreinato, sólo pudo realizarse en la Ciudad de Buenos Aires. De la etapa, se puede remitir a Ingenieros (citado en INDEC, 1998) quien para mediados del siglo XIX contabiliza un millón de habitantes compuesto por 70% mestizo, 12% indígena, 16% negros y mulatos, y 3% europeos.
Siguiendo el primer Censo Nacional (1869) hay unos 220.000 extranjeros que representan 12,1% de la población total. El segundo Censo Nacional de Población (1895) da la cifra de 4.044.911 habitantes, de los cuales 25,4% es extranjero. En cuanto al origen, según el Primer Censo, los italianos representan casi un tercio del total de extranjeros, seguido por españoles y franceses. Por otra parte, predominan los hombres por sobre las mujeres. En cuanto a su distribución, el primer censo arroja que 52% habita en zonas rurales contra 48% restante en zonas urbanas. Buenos Aires (la actual Ciudad Autónoma de Buenos Aires más la Provincia de Buenos Aires), Santa Fe y Entre Ríos concentran 87% del total de los extranjeros en el país en 1869. Los inmigrantes limítrofes habitan sus respectivas zonas de frontera, excepto los uruguayos concentrados en Buenos Aires.
- Constitución de 1853 otorgó protección a los extranjeros y les extendía los mismos derechos civiles que a los nacionales, impulsando la inmigración europea.
- La emblemática ley Avellaneda (Ley de Inmigración y Colonización N° 817 de 1876), ideó el progreso del país a través de la recepción de inmigrantes extranjeros -preferentemente agricultores- como colonos en tierras aportadas por el Estado; si bien en la práctica se favoreció una política de concentración de la propiedad territorial que impidió a los inmigrantes el acceso a la misma, por lo que se transformaron en arrendatarios o asalariados rurales
Para 1914, un tercio de la población era extranjera. La Primera Guerra Mundial interrumpe el flujo inmigratorio europeo masivo; y desde entonces, el peso de los ciudadanos de los países limítrofes no cesa de aumentar entre los extranjeros, constituyendo en la actualidad más de la mitad del total. Su composición cambia radicalmente, donde el peso de los limítrofes sobre el total de extranjeros crece ininterrumpidamente.
Durante las últimas décadas del siglo XX, el flujo
inmigratorio en Argentina ya no está compuesto mayoritariamente por población
de origen europeo, sino proveniente de países limítrofes (Bolivia, Paraguay,
Uruguay, Chile, Brasil, Perú). Desde principios del siglo pasado, el peso de
los limítrofes sobre el total de extranjeros crece ininterrumpidamente. En la
actualidad se ha visto un gran flujo de inmigrantes provenientes de países como
Venezuela.
A lo largo de los años, el porcentaje de personas
provenientes de países limítrofes se mantiene entre 2 y 3% en relación con la
población total.
Fuera de los países de la región, Argentina comenzó, a
partir de 1960, a recibir inmigrantes del Este asiático, en particular de Corea
del Sur y de China, tanto insular (principalmente de Taiwán) como continental.
El mayor volumen de coreanos ingresó en la década de 1980, en virtud de
convenios firmados entre su gobierno y el argentino, instalándose
principalmente en la Ciudad de Buenos Aires. En el año 1994, ingresaron al país
varias corrientes de Europa del Este (Croacia, Eslovaquia, Hungría, Polonia,
República Checa, Rumania, Rusia, Ucrania, Yugoeslavia, entre otras). Por otra
parte, a partir de la década de 1990 se advierte la presencia de personas
provenientes de distintos países del África subsahariana (senegaleses,
cameruneses, nigerianos, malíes, ghaneses y marfileños, entre otros). Si bien
los asiáticos y los africanos poseen escaso peso cuantitativo, han ido
adquiriendo una creciente visibilidad.
La República Argentina es históricamente un país de
inmigración. Dicha inmigración ha jugado y juega un rol importante en la
conformación de la población argentina, y debe ser valorada y acogida tal como
reza el generoso contenido del "Preámbulo" de nuestra Constitución
Nacional de asegurar el bienestar y libertad a "todos los hombres del
mundo que quieran habitar en el suelo argentino".
En base a Censos Nacionales INDEC (2015).